Doce hombres estaban reunidos en un claro de la «jungla», en un lugar cualquiera, al nordeste de Saigón.
Anochecía.
En tierra, entre la húmeda hierba, yacían un hombre muerto y una víbora decapitada.
El corro de soldados contemplaba el cuerpo cilíndrico de la serpiente, cuya arrastrada existencia tenía gran semejanza con la de todos ellos.
Empezando por Yorky, cuya historia y actuación motiva este relato bélico, sus nombres eran, enumerándolos en el sentido de las agujas de un reloj: Gerry Foster, 19 años; John Elliott, 23 años; Alan Brown, 20 años; Julián Oakes, 21; Len Lugrin, 21; Paddy Lane, 24; Mike Anderson, 20; Bob Real, 17; Harry Hil, 23; David Wheeler, 22; Steve Fenneil, 23.
¡Y Yorky, de veinticinco, sargento de la patrulla n.° 3!