En las calles empedradas de Cartagena de Indias, donde el aroma del mar se mezcla con el perfume de las buganvilias, nace una historia que desafía el tiempo y las convenciones
Corría el año 1785, y la ciudad amurallada era un hervidero de contrastes
Francisca de Alvarado y Mendoza, una dama española de 31 años, llega a Cartagena con su padre, Don Alfonso, en busca de expandir su negocio de esclavos
Por otro lado, en las profundidades de la selva, en el corazón del Palenque, Esteban forja su espíritu en la lucha por la libertad