George Brando es un empresario exitoso. Su vida está llena de satisfacciones: una esposa bella y siempre en forma, perdidamente enamorada de él, dos hijos en la universidad y una villa con piscina en Hollywood Hills. ¿Qué más podría desear un hombre? Sin embargo, George tiene una aventura con una stripper, Gabriela, que trabaja en un centro de fotografía frecuentado por hombres solitarios que tienen demasiado miedo para andar con prostitutas. Después de una breve e intensa relación con la joven, de la edad de su hija, durante la cual incluso le alquiló un apartamento, George tiene la intención de dejarlo todo. Pero cuando aparece en su casa se encuentra con un grupo de hombres enmascarados esperándolo y chantajeándolo. Los criminales le presentan a George dos opciones: pagar una gran suma de dinero o sufrir la humillación de quedar expuesto ante su esposa y la prensa. Los tres criminales forman un equipo desigual. Un negro de gatillo fácil, un hombre obeso que vive en el apartamento de su difunta madre y regenta el estudio de fotografía y un estafador descarado licenciado en economía. George no está dispuesto a ceder fácilmente al chantaje y los hombres empiezan a subir la apuesta: le entregan un vídeo en el que Gabriella es asesinada con un sistema de palanca automático. El problema es que el arma que disparó el tiro mortal de la niña pertenece a George. De hecho, los delincuentes se presentaron ante su esposa con una excusa y con una distracción lograron robar el arma de George.
Atormentado por la culpa por la niña asesinada, por la traición de su esposa Beth , George deberá utilizar todo su autocontrol e ingenio para deshacerse de los tres criminales. No puede involucrar a la policía, no puede confiar en su abogado ni en nadie que diga ser su amigo. Solo, reconfortado por el amor y apoyo de Beth , una mujer bella e inteligente, George implementa su propio plan especial para deshacerse de los criminales que intentan arruinar su vida.
Una novela de misterio explosiva y entretenida. No es la historia habitual de policías y ladrones. Conocemos al asesino desde el principio, pero el espectáculo de la persecución fuera de los cánones clásicos arrastra al lector a un vórtice de emociones hasta la última página.