Cuando acepté la invitación a aquella gala benéfica, nunca imaginé que me volvería a encontrar con Smaybelle, la dominicana que una vez incendió mis noches hasta que se marchó. Su belleza seguía intacta. Su mirada, igual de peligrosa. Entre copas y recuerdos, aquello parecía el preludio de una noche intensa... pero nada nos preparó para lo que ocurrió después.
Un grupo de asaltantes irrumpió en el salón, enmascarados y armados, transformando la velada en una pesadilla. No tardé en comprender que aquello no era un robo cualquiera. Había algo más detrás, algo meticulosamente planeado y, mientras el caos se desataba, yo no solo tenía que sobrevivir. Debía descubrir la verdad y, además, proteger a Smaybelle.