"Tengo 38 años.
Mi maternidad activó recuerdos de mi infancia y adolescencia en los que sufrí abuso sexual en el entorno familiar, en el marco de un hogar aparentemente común. Mi familia me prostituyó y abusó sexualmente de mí durante años.
Toda mi vida, sin recordar ni identificar nada de lo que me hicieron, he vivido como una chica normal.
Hoy lo cuento, no como víctima, sino como algo que forma parte de mi biografía y como camino para sanar.
Hacerlo público es mi decisión personal y mi derecho.
Romper el pacto de silencio, es mi forma de resarcirme.
Esto es lo que yo viví.
Esta es mi historia."
La protagonista nos hace partícipes de su primer año enfrentando el trauma que desconocía que tenía.
Su relato da voz a millones de supervivientes en todo el mundo.
Una valiosa aportación a la visibilización del abuso infantil con prólogo de Arantxa Herrador Carabante, psicóloga forense y Directora de la Asociación Raíces (Terrassa).
«Todavía hay quienes piensan que "estas cosas es mejor dejarlas pasar", quienes opinan que es preferible esconder la mierda debajo de la alfombra y mirar hacia otro lado.
Por suerte, en el otro bando estamos perdiendo el miedo. Somos una multitud cada vez más numerosa que alza la voz ante las injusticias, que tejemos una red de apoyo y solidaridad, y a quienes nos legitima el bienestar emocional y la proyección de un futuro sin violencia. Me estaría fallando a mí misma, a la niña que vivió lo que hoy relato, si no pusiera todo esto sobre la mesa. Le estaría fallando a mi hijo si su madre, al recordar el infierno que vivió en su infancia, siguiera reuniéndose con sus agresores en los cumpleaños y celebraciones como si nada hubiera pasado.
(...)
Sois mi pasado, pero no formaréis parte de mi presente, y mucho menos de mi futuro.
Lo que hicisteis no es un secreto, y nunca más lo será.
Rompo el pacto de silencio con todas las consecuencias.
Joderos».