»Hemos llegado a definir el tiempo como ese campo dimensional y desconocido que dejamos atrás. El tiempo es un factor unido al espacio uniforme que nos rodea. Está ahí, latente, nos envuelve. Y sabemos lo que hemos de hacer dentro de cierto tiempo.
»Nosotros estamos aquí y allá, viviendo. Somos seres que tienen un destino y un origen. Es la razón la que así me hace concebirlo. Si vamos hacia un fin, es que venimos de un principio. Pero hemos invertido los términos.
»Sé que mañana pasará y vendrá otro día. Todos son iguales. Todo es igual. Uno piensa en eso y se empequeñece. Podríamos contar el tiempo, señalarlo, crear una historia, y tendríamos un recuerdo. ¿Por qué sólo anticipamos el futuro? No tiene sentido.
»Allá, detrás de aquella barrera universal inalcanzable, existe otra dimensión. Llegaremos a ella algún día. Si contásemos el tiempo de algún modo, podríamos saber cuándo será ese día. Es preciso contar algo, aunque sea empezando por nosotros mismos. ¿Cuántos somos?»